Una campaña, mucha polémica: el caso American Eagle y Sydney Sweeney
- Victoria Lazbal
- 6 ago
- 3 Min. de lectura

Hace unos días estaba viajando por Miami, Estados Unidos, y me encontré con una campaña que me hizo mirar dos veces la vidriera del Sawgrass Mills. American Eagle había lanzado una publicidad protagonizada por Sydney Sweeney, con el eslogan:
“Sydney Sweeney has great jeans.”
A simple vista, un juego de palabras entre jeans y genes. Hasta ahí, nada nuevo. Pero lo que parecía una idea creativa y simpática se transformó rápidamente en una bola de nieve que despertó una ola de comentarios, análisis, críticas y hasta lecturas políticas. Como siempre, me gusta traer estos casos al blog no tanto para opinar, sino para pensar: ¿qué pasa cuando una idea creativa se vuelve viral por las razones menos esperadas? 🧐 Veamos...
¿Qué propone la campaña?
La marca de ropa estadounidense lanzó hace unos días una campaña centrada en destacar su línea de jeans, con Sweeney como protagonista. El spot juega con el doble sentido de la palabra jeans/genes, y dice:
“Genes are passed down… often determining traits like hair color, personality and even eye color. My jeans are blue.”
El cierre es simple y directo: “Sydney Sweeney has great jeans”. Todo indica que el objetivo era conectar con una audiencia joven, fresca y vinculada a la moda, usando el humor y el juego de palabras como recurso creativo.
La polémica no tardó en llegar
Lo que podría haber sido un simple guiño creativo, se interpretó en redes y medios como un mensaje con connotaciones más profundas (y conflictivas). Estuve buscando y leyendo lo que se decía. El juego entre “buenos jeans” y “buenos genes” fue asociado por algunos usuarios con discursos vinculados a la eugenesia, la supremacía blanca y estándares de belleza hegemónicos.El hecho de que la protagonista sea blanca, rubia y de ojos claros no ayudó a calmar las aguas. Rápidamente, el mensaje fue leído por ciertos sectores como excluyente o insensible en términos de diversidad y representación. Ni hablar de que remonta a estándares de belleza que hace años las marcas venían mostrando y hoy las conversaciones estaban yendo por otro lado...
¿Qué dijo la marca?

American Eagle salió a responder: aclararon que la intención de la campaña siempre fue celebrar los jeans, no hacer ningún tipo de comentario genético o social. Incluso, remarcaron que “unos buenos jeans le quedan bien a todo el mundo” y que lo que buscaban era destacar la confianza y autenticidad de quienes los usan.
Además, lanzaron una edición limitada llamada “The Sydney Jean”, dentro de su línea Dreamy Drape, y vienen manteniendo firme la campaña a pesar de la polémica.
Lo que potenció aún más la conversación

Como si todo esto no fuera suficiente, el expresidente estadounidense Donald Trump elogió la campaña en su plataforma Truth Social, diciendo que era la “hottest ad” y usándola como ejemplo de lo que él considera una victoria frente al marketing “woke”.
Eso generó otro giro inesperado: más atención mediática, más viralidad, más lecturas cruzadas y —como suele pasar— más polarización. Aun así, las acciones de American Eagle subieron hasta un 25 %, lo que demuestra que, polémica o no, la campaña captó la atención (y el interés del mercado).
¿Y Sydney Sweeney?
Por ahora, no ha hecho declaraciones públicas. No habló ni para defender la campaña ni para distanciarse. En otras palabras, dejó que el mensaje (y el ruido) hablen por sí solos.
¿Creatividad arriesgada o lectura descontextualizada?

Personalmente, me parece interesante cómo una idea simple puede tener múltiples interpretaciones según el contexto cultural, político y social en el que se encuentra y circula. En este caso, una frase que en otro momento de la historia tal vez habría pasado desapercibida, hoy genera titulares, debates y lecturas profundas.
¿Eso invalida la idea original? ¿O simplemente nos muestra lo complejo que es comunicar en una época donde cada palabra —y cada imagen— se analiza con lupa? (Inserte aquí más de mil opiniones diferentes 😅).
Algunas preguntas que me quedan
¿Es responsabilidad de las marcas anticipar todas las posibles interpretaciones de sus mensajes? Yo creo que sí pero no siempre tenemos la bola de cristal.
¿Se puede hacer humor o doble sentido sin correr riesgos reputacionales? Y... Depende.
¿Hasta qué punto vale más el ruido que la intención? Solo la marca lo sabrá responder.
Sea como sea, el caso American Eagle x Sydney Sweeney nos deja una gran lección sobre la delgada línea entre lo creativo, lo provocador y lo políticamente sensible. No es la primera vez que pasa. Ni será la última. Y como siempre, dejo una invitación a observar cómo se mueve el mundo del marketing desde un lugar más consciente, crítico y creativo.
¿Qué opinión te merece a vos? Te leo 🤓
Vicky







Comentarios